miércoles, 30 de enero de 2013

Querida Esperanza Aguirre: Por qué los menores no pueden ir a salas de conciertos

Me podéis moler a palos, estáis en vuestro derecho. Podría haberle enviado a Esperanza Aguirre cartas criticando su gestión, o pudiera haber elegido alguno de los cientos de temas que nos indignan a la población. Entonces, ¿Por qué la envié una carta criticando la normativa que prohíbe a los menores entrar en salas de concierto y bares? Pues básicamente porque soy JOVEN y se me HINCHARON LAS NARICES. Tened por seguro que si pudiera volver atrás me manifestaría exactamente por lo mismo. Que haya cosas importantes que están mal no exime que no se pueda criticar otras menores que están igualmente mal.

Esperanza Aguirre diciendo "Sí, Irene, voy a leer tu carta y te voy a contestar... y además te pago el concierto"

Os preguntareis ¿Por qué se me hincharon las narices? Pues es muy sencillo. Desde que tenía 12 años y me dio por la música, siempre quise ir a conciertos, ver en directo todas esas bandas que escuchaba 12 horas al día. Mis padres me dijeron que era muy pequeña, que me esperara a crecer, que cuando tuviera 16 años ya hablaríamos del tema. Bueno pues muy bien, crecí, y cuando cumplí los 15 años, les dije que quería ver a los Rolling Stones que venían de gira por estos lares. Me dijeron que nanai, que yo no me iba sola a un concierto  Mi gozo en un pozo, es decir, que me piden que crezca, crezco. Y ahora me pedían que me buscara amigos con mis mismos gustos musicales, a ver, yo donde encontraba a alguien que le gustasen los Rolling Stones, Led Zeppelin, Obús, Black Sabbath, Helloween, Manowar, Led Zeppelin, Iron Maiden, Judas Priest, Chuck Berry,... Mis amigas eran más de otros rollos, y lo más parecido era una que era fanática de Bon Jovi, y otra blackmetalera. Total, que cuando conseguí poner en orden mi cabeza... los Rolling Stones ya se habían ido de España. 

Vino AC/DC (Calderón), conseguí convencer a mi padre para que me acompañara: BIEN. Vino Jeff Beck (Veranos de la Villa), conseguí convencer a un amigo de que viniera: BIEN.Vinieron Deep Purple (Palacio de Vistaalegre), conseguí convencer al mismo amigo para que viniera: BIEN. Yo ya estaba super motivada, en cuatro meses, cuatro conciertazos. La sorpresa llegó cuando al año siguiente, ya tenía 17 años, anunciaron que vendría Manowar (Rivera), yo, super contenta fui a avisar a mi amiga la blackmetalera (le pirran los Manowar tanto como a mí los Stones) perfecto iríamos al concierto. No podría estar más contecta, tenía la edad y la compañía para que mis padres me dejaran. Cual fue mi sorpresa cuando me entero que a las Salas (Rivera, Heineken, Macumba,..), no podían entrar menores, que había no sé que legislación en la Comunidad que lo prohibía. 


Tened por seguro que si no hubiese conseguido entrar en ese concierto. Me hubiera esperado al final del concierto, hubiera recogido todo el aceite que hubieran perdido los Manowar en el escenario, y hubiera rellenado el depósito de un coche (porque todos sabemos que el gasoil y el aceite son lo mismo), hubiese metido a la señora Presidente en el maletero y pa'...Siberia. 


¿Cuál fue mi primera reacción? Cabrearme, cabrearme mucho,... y canalizar mi agresividad escribiendo una carta la Comunidad y a su máximo responsable: Esperanza Aguirre. La podéis leer a continuación. No conseguí ninguna respuesta, no me sorprendió. Así que ahora, supongo porque ya han pasado tres años, publico en internet la carta cuyo motivo en su día me hizo sentir auténtica ira.



Que decir que finalmente fui al concierto. No iba a dejar que una bruja amargada y sus consejeros que pensaban que los adolescentes éramos unos alcohólicos dejaran que yo me tuviera que esperar otro año más para verlos. Me las arreglé (le pedí el DNI a una amiga mayor de edad) y disfruté de mi primer concierto de Manowar (y ya van tres).


Más o menos esta fue mi cara al entrar en la Sala "Chúpate esa Esperanza, soy una chica con recursos" 



Aquí va la carta:

La pongo en situación señora Presidente:

Es una tarde de viernes, después de estar estudiando toda la semana una chica quiere ir a ver a su grupo favorito. Después de haber pagado los 40 euros que cuesta la entrada -aunque esto es lo de menos-  cuando sólo tiene a una persona delante para poder entrar en la sala de turno, un hombre le dice que no puede entrar ¿La razón? Que tiene 17 años y 9 meses, que vuelva en 3 meses, dado que la legislación no permite la entrada a menores en salas de concierto. Y yo me pregunto ¿La cultura no es para todo el mundo? Es decir, si a esta chica le apetece ir al Teatro Real para asistir a un recital de ópera, puede entrar. Si le apetece ir al Palacio de los Deportes,  puede entrar. Sin embargo, si quiere ir a una sala de conciertos… no puede. ¿Qué culpa ha tenido esta chica de que la mayoría de las bandas que le gustan no vayan a estos lugares a tocar?


Volvamos a la chica de 17 años y 9 meses, sigue anonadada delante de la puerta de la sala buscando una explicación a la negativa. El mismo hombre que hace unos segundos le ha prohibido la entrada le responde que la normativa prohíbe la entrada de menores en locales donde se venda alcohol. ¿Qué pasa es que en el Teatro Real o en el Palacio de los Deportes no se vende alcohol? Creo que usted conoce la respuesta. De verdad la comunidad piensa que los jóvenes van a ver a sus grupos favoritos pagando en muchos casos más de 40 euros para luego entrar y pagar 10 euros por una copa. ¿Cree usted que asisten a conciertos para tener una excusa para emborracharse? Las salas de conciertos no son los únicos lugares donde se puede conseguir alcohol. Aléjeles del pasillo del alcohol de los supermercados, de las tiendas chinas donde venden alcohol hasta altas horas de la madrugada, de dónde le dé a usted la gana, pero por favor, no les aleje de la música, no les aleje de la cultura. Cualquier persona debería tener el mismo derecho a asistir a un recital, da igual que sea La Flauta Mágica, Shakira, Barricada, Manowar, Iron Maiden o Judas Priest.


¿Cómo es posible que a los 16 años esta chica pueda trabajar, cotizar a la seguridad o médicamente puede tomar cualquier decisión de manera independiente?  Pero no pueda ir a un concierto, porque los de arriba creen que esa es una excusa para embriagarse, no que el fin sea pasárselo bien y vibrar con la música. Hace ya unos años que la Comunidad de Madrid se dedica a alejar a los adolescentes de la cultura, porque sí señora, si defendemos el cine con tanta pasión sepa usted que la música también es cultura, y los conciertos son una fuente de ingresos para los músicos.


Volviendo al tema del alcohol, usted dijo que uno de los motivos de subir la entrada de 16 a 18 años era para evitar que los menores accedieran al alcohol. Este es un error francamente grave, pues generalizó. Generalizar es equivocarse siempre. Señora presidente, los jóvenes aunque a usted no se lo parezca no son una masa si no individuos. Por supuesto que hay muchos menores que beben, pero también hay mucho otros que no. ¿Deben pagar todos las acciones de unos cuantos? Porque entonces la chica de 17 años y 9 meses podría pensar: hay muchos casos de corrupción, luego toda la casta política está corrompida. Lo que hay que hacer es poner filtros para controlar más a los políticos, que haya mayor transparencia ¿Por qué no hace lo mismo con los jóvenes? Se podría pedir el DNI dentro de las salas a los menores para evitar que accediesen al alcohol, pero nunca prohibir la entrada directamente como se está haciendo.


Con esta carta sólo pretendo hacerle reflexionar sobre esta normativa, sobre su utilidad. Repito la pregunta ¿Es justo hacer pagar a todos por las acciones de unos pocos?


Firmado atentamente:

Una chica de 17 años  y 9 meses, que perfectamente podría haber tenido 15 o 16 años







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